miércoles, 1 de enero de 2014

" Que cosas, como se pueden mezclar y salir el café si los ponemos aparte."

Consiguieron que no diera crédito a sus historias, pero no que dejara de escucharlas y memorizar cada pasaje como si me hubiese ocurrido a mí.


Fue tan magnifico descubrir que todo era cierto como la forma en que ocurrió. Me llegó una necesidad imparable de acudir a una biblioteca publica en especial, sacar el titulo de entrada y pasear por sus pasillos, en uno de ellos me agaché y ojee  títulos y autores desconocidos para mi. Cogí dos libros al azar y me fui en bici protegiéndolos de la llovizna que caía y pensando que la elección del día no era muy acertada pues hacía meses que no salía un día malo.Pero era perfecto para leer esa historia y tenía mucho tiempo.
Desde la primera página lo vi a él en acción, el único caballero de mi familia, todo lo que sucedía era lo que me contó, pero con una capacidad para contarlo muy superior y sin los miramientos hacia mis sentimientos que él sí tenía. Ojalá hubiese podido leérsela, él nunca aprendió y ya era demasiado tarde para ambas cosas.
Probablemente no hubiese podido decirle cómo fueron usados y abandonados a su suerte, que solo fueron los que no importaba que no volvieran, que estaban solos, que siempre les servían la ultima cena, que el kifi y el coñac eran para evitar las medicinas que no tenían, que los silenciaron con culpa para esconder la deshonra de sus mandos. Ese día entendí tanto como en muchos años. Asimilar que eran ciertas sus vivencias era mareante, tan pequeño físicamente, tan sumiso y pacífico, sin deseos materiales y sin rencores venenosos. Solo muchos recuerdos, poca capacidad para expresarlos y mucho veto alrededor. Se dejó anular.... seguro por una buena razón. Lo que más escuchaba era:    chissssssssssssss 
 No recuerdo el titulo del libro, ni su autor, pero podría ir a buscarlo por el sitio que ocupa en la estantería. Era la vida de un grupo de hombres en Ifni, su valor y el de su enemigo, todo lo sabía ya pero acababa de descubrirlo. Espero que quede en la memoria de alguien más de los que lo conocimos y que sus recuerdos vivan en otra generación. 
Cuanta valentía derrochó desde niño, de donde sacaría el coraje para enfrentarse a un mundo que entendía de una forma tan rudimentaria, para entender hacía falta un saber que le había negado la vida. 
Amigo que no da y navaja que no corta, si se pierde poco importa.

2 comentarios:

  1. Eran hombres de otro tiempo, forjados con paciencia y necesidad, poco a poco como una espada, calor, frio, hambre, .....y otra vez la frecuencia......frió, hambre, calor.....así se hacen espadas duras como como el hambre, que cortan como el frío, que no cesan ante nada como el calor......

    Estos hombres desaparecieron de la faz de esta tierra, y lo peor es que no dejaron su sabiduria, ni sus pensamientos, solo sus obras, muy bien escondidas por su humildad y por la envidia de los demas que no eran como ellos

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